Texto y arte por Bobbi Sue Smith
Traducción al español por Habacuc Morales
Forage: deambular o ir en busca de provisiones; investigar; recabar.
Forage será una serie que presenta artistas que usan materiales naturales y encuentran, o recogen, objetos y materiales en sus obras de arte. Abordará las ideas de lo que se deja atrás, lo que se pierde y luego se vuelve a encontrar, lo que ha estado aquí desde el principio y tal vez se haya pasado por alto, ¿cómo lo recolectado puede ser visto de una manera distinta a lo comprado?, ¿cuál es la narrativa del artista/testigo interactuando con el "encuentro" de sus materiales? ¿Cómo el arte—en su renuncia a los materiales artísticos producidos por el capitalismo consumidor—habla a nuestro mundo contemporáneo y a los actos de resistencia?
Estamos encantados de comenzar Forage con alguno obra de arte y escritos del artista canadienese residente en París, Bobbi Sue Smith.
Karen Moe, editora.
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Quiero comenzar con una historia sobre una vaca.
Hace tiempo, en Shrosphsire, Reino Unido, una gran sequía barrió el terreno, matando a los marginados inmediatamente, y amenazando la supervivencia de todos los demás. Los cultivos fracasaron y los ganados murieron de hambre. Una bruja manipuladora prometió dar fin a la sequía a cambio de un pago de pan y queso — la última línea de defensa que le quedaba a la gente contra tal hambruna.
La bruja engordó con sus falsas esperanzas y la sequía arreció.
Una hada verde se le apareció a un pastor en las cercanías de la colina temprano en la mañana, llevando una hermosa vaca blanca. Ella dejó que cada casa del pueblo pudiera llenar una cubeta de leche de cualquier tamaño por día, tan grande como el lechero pudiera cargar la cubeta a casa sin ayuda. Si la vaca era respetada de esta modo, ella podría proveer suficiente leche para alimentar a cada poblador durante la sequía.
La vaca encantada hizo como había prometido: liberando a los pobladores del encanto egoísta de la bruja. Los bebés engordaron otra vez, e incluso los más viejos conservaron sus mejillas coloradas durante el inverno.
La bruja resintió perder sus recursos para beneficiarse y, mientras los pobladores dormían, se dispuso a recuperar su servidumbre.
Tomó una cubeta oxidada, llena de hoyos, y la puso abajo de la vaca. Ordeñó a la vaca en una cubeta que no podía ser llenada nunca. Ordeñó y ordeñó hasta que la pobre vaca ya no era blanca, sino de un café pardo. La bruja ordeñó hasta que el cuero de la vaca colgaba y se marchitaba de su demacrado cuerpo. Ordeñó hasta que la leche se acabó para siempre. La doncella hada, furiosa, sanó a su vaca y convirtió a la bruja en una piedra, la cual ahí permanece hasta este día.
¿Y la sequía? La sequía arreció.
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Tal vez te preguntes qué tiene que ver una vaca con la recolección. Como recibir regalos del Otromundo—el mundo mítico de la transformación y el encanto que el lenguaje no puede capturar—la recolección tiene sus raíces profundas en la poética del descubrimiento. A través del poder transformador del descubrimiento hay regalos alrededor de ti, cuando caminamos con confianza, cuando tomamos sólo lo que necesitamos de nuestro ambiente, cuando nos volvemos tan arraigados en el Lugar que empezamos a notar lo ignorado, construimos una mentalidad de creer que hay más de lo suficiente. Cuando notamos la plenitud alrededor de nosotros y hacemos uso de los suministros que abundan, nos disociamos del concepto de Escasez y abrazamos el concepto de Exceso.
El exceso es medicina profunda para el Capitalismo. Lo pueden ver, como la bruja en el cuento, el Capitalismo opera en la premisa de lo falso, de lo mañoso, de la escasez, como destruir cosechas y ganados para elevar el precio mientras la gente muere de hambre. De alguna manera, las cosas no han cambiado tan drásticamente desde los tiempos de las viejas historias.
Hacer arte no te exime de esta manipulación. Los ilusionistas del marketing quieren hacernos creer que necesitamos sus productos para crear.
Ya sea por comida, fibra, medicina o color, nosotros podemos recolectar desde lo descuidado y lo invasivo para forjar pequeños sistemas de autosuficiencia. El demonio que conozco continúa diciéndome que nuestro presente, en su forma inherentemente destructiva es inevitable, inmutable, y el único camino a seguir. Pero cuando retrocedemos un paso y nos damos cuenta de que este no es el caso, notamos otras formas de proveer para nosotros mismos, nuestras familias y nuestras comunidades. Lo que hacemos inspira a otros, alcanzando eventualmente una crítica masiva que beneficia a nuestro colectivo humano.
El profundo vacío creado por el sistema de codicia no se puede llenar con más codicia. En lugar de eso, el mejor curso de acción es llenarlo con imaginación y creatividad. Esas son nuestras mejores herramientas para sanar el daño causado por las lógicas egoístas del “yo y mío” y diseñar nuevas narrativas con conciencia de contexto que reflejen el tejido de las comunidades en las que estamos entretejidos, tanto el tejido humano como la más grande tapicería de nuestros alrededores naturales.
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No hace mucho tiempo, una gran enfermedad barrió la tierra. Muchos estaban muriendo y enfermando diariamente, tanto que el rey de la tierra declaró que todos sus amados ciudadanos tendrían que quedarse en sus casas para dar a los doctores del rey una oportunidad de desenredar el misterio de la enfermedad.
Los millones que se quedaron en casa incluían todo tipo de gente. Uno de ellos era una artista que amaba pintar. No pasó mucho tiempo para que su suministro de pintura empezara a disminuir, y tenía que pensar en nuevas formas de pintar.
Empezó con un ramo de narcisos que eran de de Antes de los Tiempos. Las flores habían finalmente empezado a marchitarse, a la deriva, y luego se volvieron un triste desastre que observar en el florero. La artista tomó las cabezas de las flores y las puso en una pequeña olla de cobre con un poco de agua y las puso a hervir a fuego lento para ver qué les pasaba. Después de algunos murmuros y encantamientos, dejó caer una pequeñita madeja de lana dentro de la infusión de flores y salió un pequeño bulto amarillo, lleno de resplandor, esperanza y felicidad.
Tras infusionar cada madeja que poseía con desperdicios de cocina, la artista empezó a imaginar qué sucedería si hirviera a fuego lento aún por más tiempo los teñidos…¿podría crear nuevos colores para pintar con ellos?
Después de muchos experimentos de color tanto fracasados como exitosos, el confinamiento se levantó y la artista regresó a su vieja forma de pintar. Pero algo faltaba en aquellas pinturas compradas en tienda. Cuando ella había creado sus propios colores a partir de plantas y desperdicios de la cocina, los colores le cataban historias, historias de sus vidas como plantas. Los colores de la tienda estaban muertos en comparación — colores bonitos, pero sin historias y definitivamente sin canciones…
Tomó otra vez aquella pequeña olla de cobre de los primeros días de confinamiento e hizo un nuevo lote de color.
La olla sigue burbujeando hasta este día.
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Seguido recolecto cosas para hacer herramientas, por materiales, por temas de interés y por recursos de color e impresión.
Recoleccionando por arte, me he vuelto consciente de la generosidad de proveerme independiente al embudo del marketing y a las montañas de empaques desechados.
(Irónicamente, ese exceso de empaques es para algunos una fuente realmente buena de suministros).
Soy una artista, flâneur, urraca de toda la vida obsesionada con encontrar tesoros. Pero me tomó mucho tiempo darme cuenta que estos aspectos de mí misma no eran dispares y podía, en cambio, integrarlos y apoyar uno con el otro.
El proceso de descubrir esto acerca de mí ha tomado en la sanción propiedades de ritual: la larga caminata; el descubrimiento de un potencial tesoro, la contemplación de su pasado y futuras notas; llevando el nuevo tesoro a casa; limpiándolo y haciéndole un pequeño nido entre sus antepasados; y finalmente decidir cómo este descubrimiento encaja dentro de mi práctica. Similar al concepto confucionista de wu wei, hay una actitud tranquila de confianza, de no forzar, sino de permitirse a uno mismo ser guiado por la sincronicidad.
En mi práctica tengo una profunda reverencia por la memoria y por la historia, y el ritual mencionado profundiza esa experiencia. Sea por una ramita que lleva el viento para que se vuelva el mango de una brocha, o un tornillo oxidado para hacer marcas en la ropa, la reverencia es enriquecida por—porque enriquece—cada chatarra que da la confianza que siempre será suficiente.
Estos tesoros cazados por humanos detritos comprometen todos mis sentidos y me imploran conectar con mi ambiente, así como a imaginar el pasado, el presente y las futuras nostalgias — las Historias de las Cosas.
¿Este objeto fue importante para alguien? ¿Qué rol jugaba en el despliegue de la fé? ¿Cómo este objeto encontrado entrelaza mi destino y el de alguien más?
Estas potenciales nostalgias afilan mi sensibilidad e intuición, cultivan un sentido de mindfulness, y elevan mi gratitud. Comprometen copiosamente a mi imaginación, afectando profundamente el tema narrativo de mi obra. Para mí, es un proceso de restauración, especialmente de Uno Mismo.
Esta práctica deliberadamente se opone a apoyar la narrativa del Tener sobre el de No Tener. Esta práctica es la vaca sagrada. Cuando recolecto material, color, impresiones, herramientas, temas de interés, vuelco mi perspectiva para darme cuenta de que siempre he tenido más que lo suficiente para contar mi historia al mundo. El mundo está lleno de abundancia y hay Muchísimo para compartir.
Bobbi Sue Smith El Dulce Discurso de los Árboles. Listones de seda teñidos a mano con nísperos. Fotografía digital 8”x10” 2020.
Recolección de color:
Estos listones, hechos de seda reciclada, están teñidos con desperdicios de la poda. El árbol, Eriobotrya japonica, o níspero, vive fuera de mi ventana en mi patio. Hice un nuevo conocido durante el proceso al preguntarle al jardinero si podía darme algunas hojas de su poda. Aprendí más acerca de mi vecino níspero y, a cambio de esto, pude enseñarle al jardinero algunos teñidos, tintas y eco-impresiones que he estado haciendo con plantas locales.
Trabajar con níspero fue nuevo para mí y el color fue una sorpresa maravillosa.
Bobbi Sue Smith Sombras de Hojas Eco-impresión con Laurus nobilis sobre lino y lana.
Fotografia digital 8” x 10” 2019.
Recolección de impresiones:
Mientras puedas identificar una planta con certeza y sepas que no es tóxica, puedes experimentar libremente.
Algunas partes de hojas/plantas son fuentes confiables de color. A veces algo más sutil se da en el proceso, como es el caso de estas etéreas sombras de hojas pequeñas sobre lino, recolectadas con el viento otoñal en un parque parisino. Son hojas de laurel, Laurus nobilis, Una planta muy común en la cocina y cultura Francesa.
Al crear obras a partir de la tierra en la cual estoy residiendo, forman una historia en prendas o papel que narran la enriquecedora conexión de estar acogida entre el arte y el lugar.
Bobbi Sue Smith Rastro. Lana, organza de seda, hilos de seda, objetos encontrados 8’’ x 10’’ 2018.
Recolección de materiales:
Esta obra de arte fue creada para una exhibición en el simposio internacional de la Sociedad Textil de America en el 2018.
En ese tiempo yo estaba viviendo en una residencia artística adyacente al Puerto Industrial de Vancouver, así que mi recolección tenía una calidad muy particular. Sólo a lo largo de la aspera periferia del Puerto, los detritos y la decadencia formaban una frontera no oficial, con zarzas salvajes que se tragaban los desperdicios industriales y las gaviotas oportunistas peleando por el grano tirado y las menudencias de pescado de una planta procesadora.
La obra de arte recorre el espacio liminal, como una urraca que colecciona cosas que no brillan, abrigándolas en una tela desgastada por la lluvia y contando alguna de las muchas historias del Puerto.
Bobbi Sue Smith Historias de Cocina. Seda/lana, latas de atún, cebolla, pieles, cúrcuma
Fotografía digital 8’’ x 10’’ 2019.
Recolección de herramientas:
Aquí, dos tapas de latas de atún han sido recolectadas del cesto de basura y empleados como una forma de resistir durante el proceso de teñido. Cuando dos tapas están atadas fuertemente a los bultos de seda/lana, éstas bloquean a la tela de ser teñida en esa área. Los colores que se ven dentro del bulto son pieles de cebollas y raíz de cúrcuma de las sobras de la cocina metidas en la tela antes del proceso de atadura/teñido.
La prenda resultante cuenta una historia acerca de la infinidad de posibilidades de ser encontrado incluso en la frugalidad de la cocina.
Bobbi Sue Smith. Gemas oxidadas. Hojas de eucalipto, estaño vintage, organza de seda
Fotografia digital 8’’ x 10’’ 2020.
Recolección de temas de interés:
En un mercado de pulgas sobre la banqueta en mi vecindario en Paris, esta lata fue comprada por un par de euros a la madre de unos jóvenes que lucía agitada, niños inquietos cuyos juegos entre los puestos daban la sensación de que nosotros los compradores nos habíamos entrometido en su paisaje imaginado.
Además de ser un lugar encantador para almacenar las hojas de otoño recolectadas y guardar ese recuerdo de un día de verano, la pátina oxidada de la lata juega maravillosamente contra las telas teñidas con hojas de té y piel de cebolla en las fotografías.
Bobbi Sue Smith. Reliquias oxidadas. Objetos encontrados. Fotografía digital 8’’ x 10’’ 2020.
Recolección de historias:
Esta colección de herramientas oxidadas insinúa la diversidad de historias que representa. Sí, son utilizadas como herramientas, con el óxido como fuente de color en el caso de la eco-impresión — o como modificador de color en el teñido, pero parte del atractivo son las historias que transmiten, tanto literal como implícitamente.
La punta del ferrocarril fue recogido en una caminata de verano a una playa secreta en Vancouver; la clavija gigante de la derecha fue arrancada de las orillas del Sena. La llave maestra es de St. Ouen, en el Marché Dauphine, donde los vendedores de este enorme mercado de pulgas de fama mundial son un tesoro de historias si sólo haces la pregunta correcta. La placa de hierro y la vieja llave fueron obsequios generosos del río Tay en Escocia, una aventura mágica que canta mi corazón hasta el día de hoy. El clavo antiguo (abajo a la izquierda) viajó a Vancouver como recuerdo que había pedido a un amigo que estaba de visita en París.
“¿Qué te gustaría de París, Bobbi Sue?”
“Si encuentras algo viejo y oxidado, sería maravilloso”. Y ahora ese pequeño clavo ha viajado de regreso a París conmigo nuevamente, donde comenzó.
Aunque me identifico principalmente como pintora y artista textil, las fotografías son importantes para mí porque narran mi experiencia umbral en el estudio. A excepción de Spoor (2018), las obras anteriores sobreviven solo en su forma ilustrada. Son “nature mort”, el término francés para “naturaleza muerta”. Encuentro el término profundamente satisfactorio ya que adquiere una especie de doble sentido, reflejando lo efímero del tema (“mort” significa “muerte”).
Después de posar para las fotos, estas obras, como seres vivos, toman diferentes formas. A menudo se cortan —o se difunden de otro modo—en nuevas formas de arte, algunas más temporales que otras. El proceso de documentar estos ciclos de vida une las diferentes etapas de mi trabajo en un grial largo y sinuoso que busca la pregunta correcta.
Estas historias activan mi imaginación. Esto es importante para mí porque es en la imaginación donde se resuelven los problemas, los viajes encuentran su propósito y las historias encuentran a su heroína. O quizás la heroína encuentre su historia.
Bobbi Sue Smith
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Sobre la artista:
Bobbi Sue Smith es una artista multidisciplinar que vive y trabaja en París. Smith ha trabajado tanto de forma individual como colectiva en comunidades que van desde lo aislado hasta las metropolitanas. Su trabajo en pintura, textil y fotografía recoge y cuestiona las impresiones de la experiencia cotidiana, prestando especial atención a los roles de la memoria y la historia. Su diverso cuerpo de trabajo se unifica con el objetivo de promover el discurso y el pensamiento crítico sobre la materialidad, el proceso, la narrativa y los aportes sociopolíticos de lo hecho a mano.
Smith ha sido la curadora de The Uncommon Show en el Artist Resource Center de Vancouver; y Shrink: una muestra de arte de bolsillo, en Make Studio en Nanaimo. También ha expuesto en varios espectáculos y galerías en Columbia Británica. Esto incluye exposiciones tanto individuales (Uscocci Manufactory) como grupales (Federation of Canadian Artists Gallery, Vancouver; Interurban Gallery, Vancouver; The Art Center, Powell River; Turnbull Gallery, White Rock; y en el Capture Photography Festival, Vancouver).
Sigue el trabajo de Bobbi Sue Smith:
Sitio web: madebysmitty.com
Instagram: instagram.com/madebysmitty
Sobre el traductor:
Habacuc Morales. Estudiante de enseñanza de español como lengua extranjera. Profesor de lengua italiana, francesa, portuguesa, español y náhuatl, así como traductor de las mismas. Amigo. Escritor. Viajero.
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